Las modas han sido muy dañinas con las restauraciones en cuanto a la estética original, y en el caso de Úbeda muchos de los templos decorados con tejas vidriadas, que según las personas con las que me he asesorado, es herencia del estilo mudéjar y que tenían la función practica de durar más fueron suprimidas en determinadas épocas por tejas sin vidriar por modas de restauración y que han sido de menor duración.
Esto podría plantear una paradoja magistral, en la que por un lado, lo inapropiado de las restauraciones y arreglos que se hacían, y por otro lado que gracias a eso y a los menores costes que a veces se daban podemos seguir hablando de ese patrimonio con pruebas visibles y verificables.
Con respecto al campanario de San Millán, siendo la Iglesia más antigua de Úbeda y el campanrio de estilo mudéjar más antigo de la ciudad. No podemos olvidar el detalle de ser un templo que rivalizó en el siglo XIII con Santa María para ostentar el título de Colegiata y que sin duda fue junto a esta y San Pablo los templos de especial relevancia que Úbeda poseyó.
Tal y como denuncié hace tiempo en este mismo blog, la pérdida de este campanario, que estaba en condiciones deleznables sería algo imperdonable para los responsables, pero una vez más la cofradía más antigua de Úbeda, que tiene su sede en el templo más antiguo de Úbeda ha hecho un esfuerzo sobrehumano en el que San Millán podrá aguantar más.
Aunque esto asegura la continuidad del campanario, no puedo decir que esté de acuerdo con la restauración que se ha aplicado al cien por cien, ya que en este sentido la sustitución de lagunas y el llagueado de la piedra aplicado es bastante mediocre igual que el que se realizó para la Iglesia de la Santísima Trinidad, aunque bien es cierto que en este último ejemplo lo justifique por el escaso presupuesto y aquí tiene pinta de ser por lo mismo, si bien es cierto que en el caso de San Millán la limpieza en el llagueado es casi inexistente mostrando imágenes como estas, y que sin duda requería más que mortero, cantería. Esperamos que en un futuro no muy lejano quede disimulado o se sustituyan las lagunas por cantería.

Debo aplaudir la elección de la teja vidriada para la reconstrucción del mismo y creo que sin entrar en sesudos debates sobre la idoneidad o no de la restauración esto la garantiza unos cuantos años más, lo cual por el valor del templo es algo que merece la pena destacar enormemente, de lo que me siento orgulloso pues con mi aportación, poca y significativa, esta Iglesia cuenta con mi nombre en las tejas de su campanario.
Felicidades a la Cofradía de la Soledad por la restauración y gracias por esta foto de mi teja espero que este artículo sirva para la crítica constructiva y que se tome como tal y nunca pretende desprestigiar el esfuerzo sino mejorar los resultados.
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