viernes, 13 de junio de 2014

Si las Piedras Hablaran... Un Kamasutra en Baeza


Mi colaboración con la revista local la muralla, ha sido un proyecto ilusionante para mí y espero que sea del agrado de la gente dar a conocer las curiosidades que caracterizan los rincones de nuestra comarca. No por ello voy a dejar de lado mi ventana y por ello he decidido compartir con mis lectores habituales estas publicaciones, por lo que a fin de no quitarle la primicia a la revista, las daré a conocer también por esta ventana, invitando y recomendando que os hagáis de la muralla porque merece la pena leer esa publicación que con tanto esfuerzo sale cada mes y que yo publicaré a toro pasado, siendo esta la publicación de mayo y estando ahora mismo en la calle la del mes de Junio.

Espero que os guste:

"En primer lugar quisiera dar las gracias a “La muralla” por haber querido contar conmigo para esta sección.

Se dice mucho esa expresión de “los detalles cuentan” y esta sección pretende precisamente mostrar la singularidad de los detalles que adornan nuestros monumentos y las curiosidades que nos pueda ofrecer, tanto su historia como los propios elementos que los componen, espero que sea de vuestro agrado y que estas páginas, que con cariño preparo, nos sirvan para descubrir estos tesoros que poco tienen que envidiar en algunos casos a “ranas” y “astronautas” que encontramos en otras ciudades.
He querido empezar mis andanzas por estas líneas con un elemento de Baeza que mucha gente ignora, incluso entre los ciudadanos que día a día conviven con él. El Palacio de Jabalquinto de Baeza, presume de ser una de las fachadas más espectaculares del mundo, en cuanto al estilo Gótico Isabelino se trata, y en la que podemos encontrar una esmerada decoración, que según muchos estudiosos pretende mostrar el poder de la unión de los señores de Benavides con los señores de Valencia. Puntas de Diamante, piñas floreadas, y sobre todo los riquísimos arcos conopiales labrados que aportan belleza a la obra.


Dos grandes columnas con capiteles de grandes proporciones custodian la parte central, cuyos capiteles sirven de base a los palcos (pues tenemos que tener en cuenta que la parte arcada central es posterior a esta fachada) donde se colocaba cada uno de los cónyuges, a la izquierda él y a la derecha ella, según nos dicen los cuatro escudos colocados a cada lado.

Si somos observadores, nos daríamos cuenta que el capitel de uno y otro es distinto, siendo el de la izquierda cóncavo y el de la derecha convexo, averiguándose unos “agujeros” en el caso del izquierdo y unas “bolas” en el derecho. El motivo de entrecomillar “bolas” y “agujeros” reside en el hecho de pretender representar los atributos de la sexualidad masculina y femenina que es lo que se tenemos en este caso. Una vez más, siendo observadores, nos daríamos cuenta que los atributos están el balcón del opuesto, que pese a no estar muy claro el motivo por el que se realizó esta forma, entendiéndose como una especie de símbolo de poder de los cónyuges que pretenden mostrar su igualdad. Una especie de él sobre ella y ella sobre él, que podríamos comparar con el “Tanto Monta, Monta Tanto” de los Reyes Católicos, cosa poco extraña si tenemos en cuenta que el señor de Benavides tenía parentesco con Fernando el Católico y con los poderosos Manrique, que además de ser la familia del poeta medieval fueron poderosos señores de la Iglesia de finales del siglo XV.

Podríamos pensar que esta relación con la sexualidad sería fundada, pero en verdad y sin movernos de este edificio encontramos el elemento que nos dice que tiene que ver con esa idea ya que si observamos la crestería de su puerta principal, nos daríamos cuenta que se aprecian figuras desnudas y con gestos obscenos algunos de los cuales son tan explícitos que nos permiten saber lo que realiza el conjunto, mostrándose un magnífico elenco de masturbaciones que no son sino un símbolo de poder, al ser algo al alcance de muy pocas personas, primero por ser decoración escultórica fina y abundante (está demostrado que estas elaboraciones de crestería en el gótico eran muy costosas y había artesanos especializados en este tipo de arte) y segundo porque el motivo a representar es algo que estaría mal visto en una construcción palaciega; como si solo alguien poderoso pudiera hacerlo y tener un alarde de poder a la hora de engalanar y darle lujo a su construcción. 

Espero que estas palabras sirvan, para que cuando por vuestra cuenta lo descubráis, por lo menos consiga arracaros una sonrisa y que os animéis a buscar grandes tesoros de símbolos entre los monumentos de nuestras localidades.


Saludos y espero veros muy pronto, con otra nueva curiosidad que las piedras nos cuenten"



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