miércoles, 7 de agosto de 2013

De día libre: Probando las mieles de Almería

Casa de Stanley Kubrick 

Una de las tierras más generosas y conocida por sus campos de invernaderos y por sus extensiones implacables de desiertos es sin duda Almería. Cinematograficamente es tierra del Spaghetti western, del planeta de los simios y de una larga lista de películas.

Durante nuestra estancia en la costa almeriense, tuvimos a bien conocer la belleza de sus rincones de la mano de mi buen amigo José, conocido por muchos como Moreno, y de su prometida Isa; quienes nos llevaron a conocer desde Vera a San José quedando pendiente en futuras visitas muchos más lugares.

Tuvimos la ocasión de conocer un poco más en profundidad la provincia y disfrutar con lugares con encanto como el parque natural de Cabo de Gata-Níjar, formado por un paisaje árido, montañoso y lindante al mar en el que se nos muestran playas de agua cristalina.


Dentro de la lista de sitios a conocer en este parque están Carboneras, lugar polémico por la construcción del complejo hotelero del Algarrobico, construcción ilegal que vulnera el parque y que ha desatado una polémica en la que ambas posturas debaten entre progreso frenado por naturaleza y pérdida de recursos naturales por aprovechamiento insostenible. Lo cierto es que cuando hay oleaje el agua golpea los muros de este complejo hotelero.

Muchos son los rincones que el Cabo de Gata-Níjar tiene para ofrecernos como la Playa de los Muertos y sus cristalinas aguas, los escullos con sus acantilados y su bravo oleaje mediterráneo que crea calas de gran belleza o el mítico San José, lugar en el que se encuentran playas como la de los Genoveses o Mónsul, todo un oasis de agua salada (en el sentido paradisíaco) en el desierto.

El patrimonio histórico de la zona que visitamos no es escaso tampoco, ya que la piratería berberisca que tantos problemas y asaltos de pueblos generó en el pasado, fomentó la creación de castillos y torres de vigilancia en costa que eran la forma de defender o por lo menos de evitar mayores consecuencias mientras la guarnición en Cartagena se personificaba en el lugar saqueado, para que durante los dos días que tardarían en presentarse no estuvieran desprotegidos a merced de los saqueos. En tiempos de Felipe II se decidió combatir de esta guisa y Carlos III reformó y reforzó los mismos, lo cual nos indica que el problema persistió y duró varios siglos. Y así hablamos de castillos como Garrucha, como los Escullos, torres y atalayas que conectaban la visibilidad de estos fortines al lado del mar y que servían para avistar, avisar y defender. Pueblos como Mojácar se construían en emplazamiento literalmente inaccesibles para retener ataques, lo cual unido a varias lineas de muralla y a las iglesias, con ausencia casi total de ventanas a fin de convertirlas en fortaleza, nos dan como resultado la actitud o respuesta de la gente ante la amenaza. Pueblos blancos, con gran encanto, a fin de huir del calor y que son la inmensidad igualada que tan hermosa resulta.

Aunque sin duda uno de los puntos o lugares más célebres en este viaje fue el restaurante Juan Moreno, cocinero de gran prestigio en la comarca y en toda la provincia. Este restaurante, como siempre que lo visito, me impresionó una vez más con elementos desconocidos y que unidos a los elementos autóctonos de la zona, y no solo gastronómicos, hacen de la comida uno de los recuerdos más importantes que podemos disfrutar.

Playa, acantilados, desierto, construcciones ilegales, pueblos color Blanco Mojácar, patrimonio monumental costero, buena gastronomía, son algunos de los muchos atractivos que Almería siempre nos ofrece y que desdichadamente se quedan en el primero casi siempre. 

Torre del Pirulico 


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