miércoles, 28 de agosto de 2013

El Puente de Mazuecos, un paraje bello, histórico y desapercibido


Siempre que se ha estudiado la carrera de Vandelvira, se han mencionado sus grandes obras al servicio de la Iglesia y de la Nobleza, siendo un elemento muy claro en el estudio vandelviriano el hecho de su poca contratación para obras civiles. El arquitecto fue un artista al servicio de los mecenas particulares. Solamente el Puente de Ariza es el idolatrado elemento de arquitectura civil y que es conocido más que por ser de Vandelvira por la desdicha de estar sumergido en las aguas del Giribaile.

Otra de las grandes obras civiles que Vandelvira llevó a cabo, es el Puente de Mazuecos, o de Mazuercos, como lo llaman en los pueblos de alrededor. Puente que se encuentra sobre el río Guadalquivir y que salva un salto de treinta y dos metros de altura en su luz.

El entorno es inmejorable, de gran belleza y en el que la naturaleza juega un papel esencial. En su origen el salto del puente lo componía un arco de medio punto que hoy en día no se conserva porque a raíz de una riada que lo asoló a principios del siglo XX
El puente fue encargado por el regidor de Baeza D. Ruy Barba de Coronado, para solucionar el camino que conectaba Toledo con Granada pasando por Baeza, mejorando de esta forma las comunicaciones y facilitando a los pueblos del sur de del Guadalquivir la conexión con Baeza. En el proyecto aparece la firma de Vandelvira aunque las primeras trazas han sido atribuidas al baezano Ginés Martínez, autor de la Fuente de Santa María, probablemente siendo Vandelvira quien contribuyó en una segunda traza con ese arco de luz de gran altura con cuatro tondos conmemorativos en las enjutas, donde se conecta con los arranques y los trajamares. Podríamos centrarnos en debates de larga duración sobre su autoría, pero como pasa en el caso del Puente Ariza, el puente fue levantado por los maestros canteros, en este caso Juanes de la Carrera y Pedro Mazueca, de Canena y Úbeda respectivamente, de este último se deriva el nombre por el que se le conoce desde mediados del siglo XVII.

El puente cuenta con una serie de arcos que servirían de aliviadero y de vigilancia al estar conectados algunos entre sí, con una pequeña habitación aprovechando la estructura de la piedra natural que probablemente tendría la función de refugio y garita para el cobro del impuesto, elemento común con otros puentes como el del Obispo o el de Ariza. 

La riada que lo asoló destruyó el elemento más destacado, siendo sustituido por una viga colgante propia a la moda de principios de siglo XX que realizó Francisco Acedo y Villalobos. 

Jaén es desconocido y parajes como este pasan desapercibidos y merece la pena recordar que arquitectos de gran renombre participaron en él y que artistas de la artesanía de la provincia lo levantaron. Si queréis verlo en la A-6104 de Jaén entre Úbeda y Jimena podréis parar y disfrutar del frescor del Guadalquivir.






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