lunes, 4 de noviembre de 2013

Rebrota la maleza en el campanario de la Trinidad

La popularidad de las obras, poco respaldada por el resultado, y que desde estas lineas defendimos porque garantizaba la duración del monumento, se ha visto recientemente afectada por estas imágenes en las que las matas de maleza han vuelto a rebrotar. 


Posiblemente podamos escudarnos una vez más en que el presupuesto era tan escaso que era de esperar, o que no somos expertos para hacer una crítica a la restauración, lo más científica posible, pero la sensación que el resultado a la vista tiene es que no se ha eliminado la maleza y segundo que una parte del gasto orientada a prevenir las palomas ha sido en balde invertida porque por desgracia no ha conseguido prevenir este agente destructivo.


No voy a entrar en criticar al restaurador, ni al arquitecto, ni a nadie, pero creo que habrá que pedir responsabilidades porque esta restauración con su aparatoso andamio da la sensación que ha servido solo para que en un tiempo, temo que escaso, volvamos a tener que restaurarla y en este sentido el dinero del mezquino hará dos veces el camino, y que los responsables del patrimonio se den cuenta que el presupuesto más bajo aunque atractivo puede ser una trampa, para que la eficiencia del trabajo sea negativa.



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