Una de las satisfacciones que el gusto por lo antiguo y por lo patrimonial me deja, es el hecho de poder encontrarme sorpresas inesperadas como la que el otro día mientras intentaba recoger unos espárragos, cosa que por gusto fuí a realizar, es justamente el hecho de encontrar elementos inesperados como es el caso del Eremitorio de Valdecanales.
finca de las palomas
Este lugar me habló de él un amigo, que como yo comparte aficiones por el patrimonio y por el disfrutar de tiempo libre. Desde entonces había querido ir a conocerlo pero no pude ir a disfrutar de él por el trabajo.
La forma de encontrarlo sin embargo no tiene nada que ver con una búsqueda intencionada, ya que mientras con unos amigos fuí a recoger espárragos a los alrededores de la finca conocida con el nombre de Las Palomas, lo encontramos de casualidad y disfrutamos de él en un entorno en el que además de llevar a cabo la cinegética labor de buscar espárragos trigueros para hacer una buena tortilla, tuvimos la suerte de encontrarnos con este lugar que tantas ganas tenía de conocer y debo decir que no me defraudó para nada sino que además me enamoró como un día supo hacer otros lugares como el Puente Ariza o el monumento del Piélago.
Se trata de un hipogeo excavado en la roca con una serie de arcos de herradura, compuesto de tres cuevas que serían lugares de culto o de reunión de comunidades de eremitas que vivirían en torno a ellas y que encontrarían en estas cuevas excavadas además de una paz abrumadora entre un paisaje sobrecogedor, el poder desarrollar de forma libre y sin ataduras una vida dedicada al culto y la meditación. Se cree que estas comunidades tendrían baptisterio, un pequeño refectorio y una capilla propiamente dicha donde poder rezar, y todo en un complejo troglodita con una acceso relativamente fácil y que por desgracia ha facilitado el acceso de vándalos para profanarlo con sus propias tallas en la piedra con esas clásicas cursilerías de novios.
La roca es modificada de forma antrópica no solo para crear espacios en ella sino tambíen para facilitar el acceso mediante peldaños y desfiladeros artificiales que ejercer de caminos para acceder al lugar y también sirve para que la meditación y el culto creen elementos rupestres de grabados religiosos como un Crismón que se puede averiguar en una de sus paredes.
una de las cuevas a la que acceden Isabel Ráez Tejada y Manuel García Rodríguez
hornacinas excavadas en la roca cubiertas de hollín
hornacinas excavadas en la roca con cal que las recubre
ventanales excavado en la roca
arco rudimentario trilobulado excavado en la roca
ventanales probablemente orientados hacia algún tipo de culto ritual para dar luz en ese momento por encontrarse en el techo
El crismón
escales excavadas en la roca que muestran tierra fruto de la erosión que este espacio sufre
El emeritorio de Valdecanales es uno de los ejemplos de como la Fe sorprende en una esencia pura en la que apartarse de todo era primordial y en la que complejos trogloditas como este que está fechado en el siglo VI y VII después de Cristo, nos muestra ese gusto por los visigodos de estas prácticas, en las que además destacamos otros como los que se encuentran en la ladera de la meseta de Giribaile conocidos con el nombre de la cueva de la Espeluca.
Juan Carlos Carvajal sobre el Emeritorio
Además el contacto con la naturaleza y lo sobrecogedor del paisaje fomentaría una Fe que como yo aquel día se complementaba con actividades cinegéticas en la que el cercano arroyo saciaría la sed de estos protofrailes y el campo mediante lo silvestre y el trabajo de la tierra calmaría el hambre de estos personajes.
En la actualidad la acción del hombre no deja de actuar en él apreciándose un evidente encalamiento y un uso para refugio ante malas condiciones climatológicas probablemente, con la presencia de fogatas de las que el hollín queda en algunas de sus estancias.
restos de rastrojos en una de las dependecias de una cueva
Es un lugar digno de ver de nuestro desconocido Jaén y que por desgracia y pese a su antigüedad la erosión está haciendo su función de no conservar este espacio que por lo desconocido, por lo poco frecuentado y explotado turisticamente o como recurso cultural unido a un entorno bellísimo lo hacen atractivo y digno de ver.
Feliz tras una tarde muy provechosa aunque con poca cantidad de Espárragos
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