viernes, 12 de abril de 2013

Puente Tablas un lugar desconocido


El nombre de Puente Tablas, a los habitantes de la ciudad de Jaén, siempre les ha sonado a uno de los residenciales de chalets más típicos que existen en su entorno, como puede ser para los baezanos y ubetenses, la Yedra, pero como en el caso de la Yedra, este lugar crece en torno a dos elementos fundamentales, un puente de piedra que en su origen fue de madera y que daría nombre al lugar; y el menos conocido de los elementos que para muchos de los propietarios desdichadamente supone una traba, el yacimiento del oppidum amurallado de Puente Tablas, un antiguo poblado Íbero del que tenemos su muralla en perfecto estado de conservación.



El yacimiento que es un espacio para conocer la cultura ibérica en todo su esplendor cuenta con una zona de palacio excavada donde se pueden observar antiguas dependencias para el almacenaje, el culto y zonas de vivienda para la casta superior del oppidum y también hablamos de la zona de las casas en la que se pueden observar parte de las viviendas con los zócalos de piedra, intactos, sobre los que los íberos colocaban la mampostería de adobe para edificar sus viviendas y en los que se observa un urbanismo ordenado en cuando al agrupamiento, ancho de las calles, profundidad de vivienda y construcción de las casas.


Uno de los elementos que más pueden hacer a Puente Tablas indiscutible es la presencia de un templo junto a una puerta que sería la puerta monumental y que sería la primera puerta ritual de Europa en la que apareció el menilo consagrado a la diosa betatum una diosa de la sanación a la que se atribuían también ritos de fertilidad del que en esta puerta se han encontrado restos, concretamente un conjunto de cerdas preñadas, hablándose también que en este templo habría algún culto o uso de cultos meramente orientales como es el caso de un lingote chipriota atribuido a rituales masculinos.

En el equinocio de otoño, el sol se eleva sobre el Almadén de forma que el lugar en el que se haya una réplica del menilo se iluminaba de forma constante durante todo el día eclipsándose solo a la caída del sol, lo cual sería visto desde el cerro cercano a la muralla por los miembros del oppidum y que sería el ritual supremo o el momento en el que se rendía culto en esta comunidad.

Un yacimiento abandonado inexplicablemente por otras ocupaciones más estratégicamente defensivas y que su caída en el olvido haría sin duda que se conservara por siempre para llegar a nuestros días.

En definitiva Puente Tablas es un lugar que merece la pena conocer y que con el tiempo se podrá visitar asiduamente ya que se está llevando a cabo la creación del centro de visitantes para dar a conocer este importante vestigio de nuestro pasado relacionado con el mundo ibero del que Jaén tiene mucho que decir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario