lunes, 1 de junio de 2015

Mecenas del crimen...

Comentar a toro pasado determinados acontecimientos, es algo que en este blog practicamos muy a menudo. Debo decir en mi defensa que esto no es la prensa seria, ni los tabloides que buscan el sensacionalismo de noticias impactantes que en la exclusividad encuentran su forma de seguir. Aquí no se gana dinero, aquí se da opinión, y en mi opinión hacer esto es conseguir que nadie se olvide de un hecho irracional, estúpido y dañino que perjudica al patrimonio del que somos depositarios todos los ciudadanos, incluso quienes atentan contra él, bien por capricho, diversión o para su propio beneficio económico.


La Santa Iglesia Catedral, se intentó asaltar en un vano intento en el que se forzaron dos de sus tres entradas, concretamente las más antiguas, la Puerta del Perdón y la Puerta de la Luna. Este vano intento, sin duda con intención de saquear su tesoro, tuvo su origen en la Puerta de la Luna, arco del siglo XIII con puerta de madera verde, que mediante algún elemento de palanca intentaron forzar rompiendo una de sus tablas, sin éxito imaginamos que por falta de insistencia por tratarse de una zona donde habría posibilidad de ser descubiertos, por tratarse de sitios donde hay alguna vivienda.

Los delincuentes, viendo estos inconvenientes lo intentaron por uno de los rincones más bellos de este edificio, su puerta trasera, la puerta del Perdón, más débil y escondida, lo cual haría que no hubiese llamadas de atención para destrozar esta entrada, por varios puntos, consiguiendo forzarla y de esta manera entrar al claustro donde afortunadamente las alarmas y las cámaras actuaron con la suficiente rapidez de evitar males mayores. Sin duda, se trata de profesionales del crimen, metódicos y con instrumental que permitiera hacerlo de manera rápida. 


El gran problema por el que pasan estos delitos es por la sobrevaloración económica que hacemos de las obras de arte, que las hacen codiciadas, deseadas y con un público que valorándolas de manera desorbitada son capaces de convertirse en mecenas de arte del hurto. ¿Cuándo van a comprender quienes financian a estos delincuentes, que el valor lejos de ser económico es incalculable desde el punto de vista cultural? No valen dinero, valen conocimientos, es su único valor y no se puede medir en números y mucho menos en dinero.

Espero que algún día nos demos cuenta de esta gran verdad y eduquemos para evitar que estos payasos, sigan cometiendo estas barbaridades.

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