lunes, 26 de enero de 2015

La cruz de la discordia...

Indudablemente, Baeza, en esto de las polémicas con cruces, no está exenta, ya que algunos años atrás, recordaréis muchos de vosotros la famosa polémica que surgió en el colegio San Juan de la Cruz, donde un padre, protestando por incumplir la normativa sobre símbolos religiosos, consiguió que se retiraran las cruces de las aulas, y esto obtuvo una férrea oposición de las mentalidades más conservadoras, tristemente salpicada con actos bandálicos, que aprovechando la polémica hizo de la calle suya y con sprays de pintura, marcaron toda la valla del colegio con cruces.


Unos años más tarde, y en este caso de nuevo cumpliendo la ley de memoria histórica, la ferrea defensa de la cruz casi en los mismos términos, ha surgido en el seno de los baezanos con la retirada de la cruz de la Plaza de Santa María. 

Cabría la pena preguntarse sobre la legitimidad de la propuesta, y ciertamente con la ley en la mano el elemento en cuestión incumple la ley. En primer lugar nos tiene que quedar claro que ese elemento fue colocado como símbolo de la victoria de una opresión dictatorial sobre un endeble y exaltado régimen democrático, y cierto que a la sombra del símbolo se ha vitoreado y alabado durante muchos años a quienes cometieron crímenes en nombre de Dios y de España; pero por otro lado, deberíamos tener en cuenta que cada vez son menos los que ven en ese símbolo, tristemente politizado, los fines para los que fue hecho, y de una forma cada vez más natural se integró en el patrimonio de la ciudad, formando parte de los elementos que monumentalmente embellecen las calles de Baeza.

No hay lugar a dudas, que la mayor parte de la población, está deacuerdo con mantener la cruz, y que sin duda un amplio sector de ellos ven en ella, el símbolo del triunfo de la vida sobre la muerte y de como Jesucristo, renunciando a todo fue colgado en un trono de madera. Otros solamente verían en ella un trozo de madera con indiferencia, que ya formaba parte del paisaje de Baeza, y ahora con el traslado al interior de la catedral, solamente su desnuda silueta, signo de haber estado situada por muchos años allí, el pueblo la ha echado en falta, y ruega que se ignore la ley de memoria histórica y se excluya como elemento ilegal, este elemento.

Es legítimo protestar, pedirlo, pero según de que formas, pues al igual que lo que pasó en el colegio, ciertos, diremos elementos por llamarlos de alguna manera, han creído que pueden hacer lo que les de la gana, y destruir el patrimonio de Baeza, haciendo cruces de spray a fin de reivindicar la devolución, y que no han hecho sino que manchar el edificio de la Antiguas Casas Consistoriales Altas, con un daño que tiene una muy dificultosa reparación. Me pregunto si esta persona o personas, son conscientes de que para salvar un elemento de 86 años, han profanado un edificio de casi 5 siglos de historia.


¿Cómo debería responder el ayuntamiento, responsable de este traslado? Indudablemente ante la protesta popular, antes de la pintada, probablemente hubiese habido algún movimiento social con el que hubieran tenido que tratar. Pero tras la pintada, se pierde toda legitimidad, pues no se puede responder a este abuso de libertad, que atenta contra el tesoro patrimonial de los baezanos, satisfaciendo sus demandas, pues incitaría a otros a hacer lo mismo. Así de esta manera y tristemente se cierra una polémica, que empezó como un movimiento en defensa de un elemento que podría haber formado parte de la memoria monumental de los baezanos y que tras la pintada ha quedado en agua de borrajas.

Espero que episodios como este no se vuelvan a repetir y que si ocurrieran, las mentes estuvieran bien frías y no se sirvieran de instrumentos bandálicos que no llevan a nada y enturbian el buen nombre de los que defendemos el patrimonio de formas legítimas.


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