Indudablemente el que más o el que menos sabrá bien desde hace mucho tiempo, o bien desde hace poco, que la Santísima Trinidad cuenta con una cripta que arranca en la mitad hacia la cabecera del templo y en la que encontramos unas interesantes bóvedas de arista sobre pilares enlucidas y que cuenta con algunos detalles hechos a fuego cuando este lugar se usaba como refugio en la guerra civil.
Un espacio hasta hace poco, que no era visitado y que ahora gracias a la restauración del edificio podemos tener acceso de forma relativamente fácil.
El respiradero a la calle
La sombra trinitaria
A fuego, yo diría que es un cura...
Uno de sus huecos
Un escalón de entrada
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